Por cuarto año consecutivo, MÓRBIDO Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror regala a los cinéfilos la oportunidad de atestiguar la abrumadora diversidad de voces, estilos y propuestas que, muy a nuestro pesar, no nos ha quedado más que confinar dentro de unos géneros específicos. Y es que, ya sea que se trate del terror, la ciencia-ficción o cualquiera de las manifestaciones de aquello que los franceses han tenido a bien denominar como fantastique, lo cierto es que las películas que se exhiben dentro de festivales como MÓRBIDO tienen en común, antes que nada, una habilidad extraordinaria para capturar la naturaleza humana desde la alegoría, desde la metáfora. En el género, es más importante lo que no se dice que lo que se enuncia abiertamente.
Pongamos como ejemplo la cinta Extraterrestre (España, 2011), película inaugural del festival en su cuarta edición: una comedia romántica sui géneris, el filme de Nacho Vigalondo — director también de la célebre Los Cronocrímenes (España, 2007)— se vale de las convenciones propias del cine de invasores de otros mundos para desmenuzar, de manera por demás entrañable y simpática, fenómenos tan exclusivamente humanos como las relaciones de pareja, los celos, el amor y los sacrificios que a veces requiere éste. En la película, una pareja de perfectos desconocidos —y que se llaman Julia y Julio… ¿qué casualidad, no?— amanecen, tras la que se adivina habrá sido una farra fenomenal, sin memoria alguna de lo ocurrido la noche anterior, pero con la certeza de haber pasado la noche juntos. Lo que sería tan sólo un momento incómodo se convierte, sin embargo, en una situación límite cuando los chicos descubren que la ciudad se encuentra desierta, y que un gigantesco platillo volador —uno de muchos, según habrán de enterarse más adelante— se encuentra flotando sobre los cielos de Madrid. Muy pronto, a la extraña situación se suman las impertinencias de un vecino metiche y, además, la presencia del novio de Julia, quien no sospecha que ella le ha puesto el cuerno con el recién llegado.
Así, determinados a mantener en secreto la naturaleza de su encuentro, Julio y Julia habrán de alimentar la sospecha de que entre ellos bien podría encontrarse infiltrado un extraterrestre. Y es aquí donde esa condición de intruso, de extraño o de alienígena en forma, le permite a Vigalondo jugar con la situación de manera no tan distinta a lo que hace Matthijs van Heijningen Jr. en The Thing (EUA, 2011), precuela de la cinta hoy de culto realizada por John Carpenter en 1982. En ambas versiones de la historia —así como en el clásico de 1951 The Thing From Another World, primera adaptación del relato de John W. Campbell, Jr. en que se inspiran las tres películas—, el descubrimiento de un extraño ser congelado en los hielos perpetuos de la Antártida se convierte en punto de partida —en el caso de la cinta de Carpenter, al menos— de un eficaz ejercicio en suspense en el que los miembros de la expedición, llevados al límite del terror y de la desconfianza, intentarán descubrir si el alienígena, que tiene la habilidad de tomar la forma de cualquier ser humano, no se estará haciendo pasar por uno de ellos.
Por supuesto, la distancia que hay entre las intrigas de un par de infieles y las aterradoras mutaciones experimentadas por los miembros de aquella funesta expedición, es tan grande como la que existe entre Hollywood y el cine español más independiente. Y sin embargo, la comedia depende tanto de un buen manejo de la ironía dramática como el suspenso, y en ambas películas la paranoia, así como la desconfianza en el otro y en los motivos que lo animan, habrán de sacar lo peor —en el caso de The Thing— o lo mejor —como acaba sucediendo en Extraterrestre— de cada uno de sus personajes.
Es entre estos extremos —el de la comedia inteligente y el horror más repulsivo, el del cine hecho con pocos recursos y el que se fabrica en los grandes estudios que habrá de moverse esta edición de MÓRBIDO. Y eso es algo decididamente fantástico.
—Antonio Camarillo
Pues como sea como el de sitges de este año. Que era cualquier cosa menos cine fantastico….