Sitges, día dos. Uno de los mayores placeres de un festival de cine es el de poder exponerse a cinematografías y películas a las que, si por uno fuera, quizás nunca nos habríamos acercado. Por supuesto, cuando el festival en cuestión es SITGES, lo cierto es que uno se debe esperar cualquier cosa. Y es que un género pueden ser tan limitado a veces que es necesario abordarlo desde otro ángulo para apreciarlo de nuevo.
De Leos Carax había visto con anterioridad Pola X (1999), filme también difícil de clasificar que, a pesar del tono provocador—en su momento se hizo mucho escándalo por las escenas de sexo real, no simulado—, posee algo cercano a una narrativa. No sucede lo mismo con Holy Motors (2012), aquí dentro de la Selecció Oficial Fantàstic a Competiciò: casi una sucesión de viñetas, la cinta sigue de cerca el atareado día de Oscar, personaje interpretado por Denis Lavant, regular de Carax: una suerte de actor que, a bordo de una limousina equipada con lo que parecería un vestidor entero a bordo, recorre la ciudad atendiendo las «citas» que le hace llegar su asistente y chofer, y que lo llevan a interpretar «papeles» que van de acaudalado banquero a un intérprete de motion capture o ese grotesco geek que secuestra a Eva Mendes bajo la tierra.
Otro filme difícil de encajonar dentro de un género sería la más reciente película del ecléctico Takashi Miike, For Love’s Sake (Ai to Makoto, 2012). Basada en un popular manga, la cinta recrea a la perfección esa peculiar mezcla de violencia de caricatura y musicalidad que es propia del cómic y el anime japonés, y que puede lo mismo fascinar que sacarlo a uno de quicio… sobre todo después de los primeros cuatro o cinco números musicales. Pero lo extravagante de la combinación—por no hablar de los personajes, entrañables todos—acaba resultando irresistible, y el filme ha resultado de mis favoritos aunque en más de una ocasión le haya perdido la paciencia.
Algo parecido habría de sucederme con Gangs of Wasseypur (2012), de Anurag Kashyap, una épica historia de venganza que tiene la historia reciente de la India como escenario, y que a pesar de la fastuosa producción y lo bien contada de la historia terminaría por sacarme de la sala. Y es que el cine de la India no es lo mío. Si a ello le agregamos que, si bien aquí la han dividido en dos partes, la película dura más de cinco horas, de cualquier forma era difícil que terminara de verla.
El día habría de terminar con un maratón de found footage que incluía la antología V/H/S (2012), dispareja pero muy disfrutable en sus mejores momentos, The Bay (2012), de Barry Levinson, y la que habría de resultar lo peor del día, Tape 407 (2012), convencional historia a la que el formato no le aporta nada y cuya sorpresa final sea tal vez lo más ridículo que he visto en mucho tiempo en una cinta de género.
Body count:
- Insensibles (Juan Carlos Medina, 2012)
- Holy Motors (Leos Carax, 2012)
- Gangs of Wasseypur (Anurag Kashyap, 2012)
- The Exorcist in the 21st Century (2012)
- For Love’s Sake (Ai to Makoto, 2012)
- V/H/S (2012)
- Tape 407 (2012)